Llegando a Viena y comenzando con la búsqueda de la Tarta Sacher
Relatos de una viajera…
Nuestro tour se llamaba Del Rio Rhin al Danubio, así que nuestra última parada era Viena, la hermosa capital de Austria y también capital mundial de la música que justo cruza el río Danubio.
Una vez que salimos de Salzburgo, fuimos directamente al hotel donde nos tocaba hospedarnos en Viena, el Senator. Llegamos ahí por la tarde-noche, así que no teníamos actividades programadas con el tour y nos dijeron que si queríamos podíamos ir al centro, nos explicaron como llegar y eso decidimos hacer.
En Viena uno de los principales medios de transporte es el tranvía, justo enfrente del hotel teníamos una parada así que nos lanzamos. Quisiera decir que llegamos directamente, sin problemas, sin perdernos, pero… ¡no! Jajaja nos bajamos donde no era, le pedí informes a un vendedor de kebabs y solo salí regañada, creo que como que no le caían muy bien los turistas o tuvo un día difícil… Afortunadamente encontramos a una señora muy amable que, a pesar de hablar poco inglés, nos indicó como llegar a la estación Schottentor, se portó súper linda.
Llegamos ahí ya casi oscureciendo, vimos a lo lejos una iglesia muy grande que lucía mucho con todas esas luces que tiene, era la iglesia Votiva. Caminamos en dirección a esa iglesia, mientras observábamos la ciudad toda iluminada y ahora que lo recuerdo hasta entrevistada salí; encontramos a unos chicos que estaban grabando y nos pidieron muy amablemente hacernos unas preguntas para su video, hablaban muy bien inglés y yo con pena, pues no me gusta salir en cámara prefiero estar detrás de ella, les dije que si. Me preguntaron mi nacionalidad, qué hacíamos ahí, cómo me había parecido la ciudad y en general nuestro viaje, porque les dije que estábamos de vacaciones, así que quizá ya sea famosa en Viena y yo ni en cuenta…. ¡Ay aja! Ja ja ja 藍藍藍
Después de mi oso en el video Austriaco, nos encontramos a dos de las tres parejas de nuestro grupo del tour. Ellos andaban buscando el Hotel Sacher para probar la auténtica, original y emblemática tarta Sacher originaria de esta ciudad; sin embargo, andaban un poco perdidos, nos preguntaron si queríamos ir con ellos, así que nos unimos a la búsqueda de la tarta, de hecho estaban intentando parar un taxi cuando los encontramos, pero no habían tenido suerte. De pronto uno de los señores argentinos de nuestro grupo, se acercó a alguien que estaba en la calle para preguntarle por un taxi, pero ahí nos dimos cuenta que no hablaba inglés, de hecho ninguno de nuestros compañeros de tour, pues el señor solo le gritaba al vienés: ¡Taxi! ¡Taxi! – Y cada vez más fuerte, su esposa estaba muerta de la risa y le decía a su esposo que el señor no era sordo, sino que no hablaba español- son súper graciosos-, así que fui a preguntarle los taxis y me dijo que no se paraban en la calle y que se tenían que llamar o ir a un sitio, lo bueno es que había uno cerca. Fuimos hacia allá y como se dieron cuenta que yo si me podía comunicar me mandaban de avanzada ja ja ja, me acerque a un taxista, pero… me dijo que no nos convenía tomar uno, pues la calle donde está el hotel es totalmente peatonal y que de hecho era mejor irnos caminando desde ahí, nos indicó la dirección y empezamos la excursión.
Calle Karntner
Después de un rato, sentíamos que ya habíamos caminado mucho y no llegábamos. Traíamos un mapa, pero estaba muy enredado, yo suelo ser buena ubicándome y con ese nada más no podía. De entre toda la gente en la calle, escogí a dos chicas que esperaba que por lo menos hablaran inglés, porque de alemán solo habíamos aprendido a decir “danke” os1ea “gracias” jajaja me acerque a ellas para preguntarles y como que tampoco entendían mucho el mapa, una de ellas lo volteaban de un lado a otro, así que ya no me sentí tan mal. Una vez que ubicaron donde estábamos, muy amablemente nos indicaron el camino. Continuamos caminando, la verdad si estaba un poco lejos, confirmamos el camino con el conductor de un tipo de “bici taxi”, como le decimos en México, y nos dijo que íbamos bien, él nos podía llevar, pagándole, pero pues ya no faltaba tanto.
¡Por fin llegamos! El lugar es súper elegante y bonito, pedimos mesa y ordenamos nuestra respectiva rebanada de tarta Sacher que sin duda estaba deliciosa, definitivamente valió la pena la excursión. Esta famosa tarta de chocolate y mermelada de chabacano tiene origen desde 1832 en Austria, con la receta de Franz Sacher, lo sirven con un poco de crema chantilly y recomiendan tomarlo con café vienés y un vaso de agua. Se dice que la Emperatriz Sisi acudía a este café a disfrutarlo y por eso se volvió tan famoso y emblemático; de hecho el 5 diciembre los austriacos festejan el Día Nacional de la Tarta Sacher.
Gracias a esta aventura de la búsqueda del Hotel Sacher, tuvimos un muy buen tiempo con nuestros nuevos amigos, pudimos conocerlos mejor, son unas muy buenas personas, amables y divertidas. Me sorprendieron como estaban disfrutando sus vacaciones buscando lugares sin hablar inglés, francés, neerlandés o alemán, únicamente español. No cabe duda que siempre se aprende algo de las personas, si bien es cierto que íbamos en un tour, pero hay tiempo libre en el que andas sin guías, pero ellos iban dispuestos a disfrutar sus vacaciones, conociendo lugares que no estaban incluidos en el tour sin preocuparse por el idioma, siempre hay maneras de comunicarse.
Asi que así concluyó nuestra búsqueda de la tarta Sacher y después de larga plática, nos dirigimos a descansar al hotel; ahora sí nos fuimos en taxi, por cierto hacía muucho frío para nosotros, que mientras caminábamos sentía que se me iba a caer la nariz jajajaja, pero lo más intenso del frío vendría al día siguiente….
Hay que conocer Viena y degustar la tarta sacher se antoja. Felicidades es un gran viaje
¡Si! Esa tarta es muy rica 😉